Fecha de Nacimiento: 24 de julio de 1802, Villers-Cotterêts, Francia.
Fecha de fallecimiento: 5 de diciembre de 1870, Sena Marítimo, Francia.
Alexandre Dumas, conocido en los países hispanohablantes como Alejandro Dumas, fue un novelista y dramaturgo francés. Su hijo, Alexandre Dumas, fue también un escritor conocido.
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Con ocasión de una fiesta en uno de los salones literarios de París, a Dumas le fue presentado un hombre tan escaso de entendederas como de educación. Delante de los presentes, este hombre interrogó a Dumas:
- Tengo cierta curiosidad, señor Dumas... ¿es cierto que es usted cuarterón? (hijo de español y mestiza, o española y mestizo).
- En efecto, lo soy- contestó Dumas, quien nunca trató de ocultar sus orígenes.
- ¿Y su señor padre?
- Pues, era mulato- respondió el escritor, algo molesto por la impertinencia, pero también bastante divertido por la falta de tacto de su interlocutor.
- ¿Y su abuelo, señor Dumas?
- Era un negro. De eso no cabe la menor duda
- ¡Ah...! Y, ¿podría saber qué era su bisabuelo?
- ¡Un mono, señor mío, un mono! Porque mi linaje comienza donde termina el de usted.
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Se cuenta que Dumas era una persona muy generosa, hasta el punto de que su casa siempre estaba abierta a todo aquel que quisiera acercarse; el almuerzo empezaba a media mañana y acababa cunado el sol empezaba a declinar... y casi siempre era un almuerzo muy concurrido.
En cierta ocasión, uno de sus amigos le visitaba durante uno de estos almuerzos "masivos", y se le ocurrió pedirle a Dumas que le presentara a un caballero que estaba comiendo al lado. Dumas se quedó mirando a dicho caballero, después miró a su amigo y le respondió:
- ¿Cómo voy a presentártelo, si no le conozco?
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Se comenta que en cierta ocasión en que fue invitado a una pequeña finca de los alrededores de París, la propietaria le comentó, con falsa modestia:
- El estanque es muy pequeño pero en él se ahogó el pasado año un amigo mío.
- Pues sería un adulador- replicó impasible Dumas.
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Cuentan que el escritor era un hombre muy vanidoso y engreído de su físico. En cierta ocasión alguien le preguntó cómo se conservaba tan bien, a lo que contestó:
- Porque dedico a ese menester todo mi tiempo, querida señora.
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En cierta ocasión Dumas padre e hijo estaban de vacaciones juntos cuando el padre se percató de que habían olvidado las llaves de los baúles donde guardaban sus ropas y pertenencias.
- ¡Vaya par de idiotas que estamos hechos!- se lamentó Dumas padre
- No es necesario que nos incluyas a ambos por tan lamentable olvido- puntualizó el hijo.
- Tienes razón, ¡Qué idiota eres, hijo, mira que olvidar las llaves!- respondió el padre.
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Se casó con la actriz Ida Ferrer en 1840. Aquella boda no fue por amor sino por la dote que aportaba Ida y con la que podría saldar las múltiples deudas que el escritor tenía.
Vívían en la misma casa pero separados, Ida en la planta baja y Dumas en el primer piso. Una noche muy fría de invierno, volviendo tarde a su casa, Dumas pensó que tal vez en el apartamento de Ida habría fuego en la chimenea y llamó. La esposa le abrió en camisón, el fuego de la chimenea seguía encendido y Dumas se sentó. Las prisas de su mujer, para que se fuera, hicieron sospechar que algo pasaba. Echó un vistazo por la estancia y encontró en el balcón a su amigo Roger de Beauvoir, que temblaba de frío. Dumas le dijo a su amigo, con la mayor tranquilidad del mundo:
-Oye, Roger, has turbado la paz de mi familia. Quiero perdonarte. Seamos magnánimos como lo eran los antiguos romanos, que cuando querían hacer las paces se reconciliaban en la plaza pública.
Y cogiéndole la mano la colocó entre las piernas de su mujer añadiendo:
-Ésta será nuestra plaza pública.