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Alberto Jirón Flamenco


Dulce Nombre de María, Chalatenango, El Salvador, 1991

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Nació el 8 de septiembre de 1991 en Dulce Nombre de María, Chalatenango, El Salvador. Graduado de la Licenciatura en Contaduría Pública por la Universidad de El Salvador. En el 2012 ganó el primer lugar en el Certamen de Poesía Universitaria «Tu Mundo en Versos» con el poemario Huésped transitorio de las dos residencias . En el 2013 obtuvo mención de honor en el Certamen Artístico Cultural «El Justo Juez de la Noche» en la rama de poesía, premio «Roque Dalton», con el poemario Amor, desamor y soledad. En el 2015 obtuvo mención de honor en el I Certamen de Poesía «San Romero de América» con el poema Tres sonetos a monseñor Romero , ese año también ganó el segundo lugar en el Certamen de Poesía «Melgar» convocado en España por el colectivo Letras como espada. Finalista del Certamen de Poesía «Mesa de Ocaña» y del Certamen de Haikús «Matsuo Basho» convocados también por el colectivo Letras como Espada. En 2016 obtuvo el segundo lugar en el Certamen Nacional de Poesía «José Rutilio Quezada» con el poemario Patria sangrante.

Ha sido incluido en antologías de El Salvador, Argentina, Estados Unidos, Italia y España, dentro de ellas: Invisibles antología de poesía joven salvadoreña, Ritual de Besos, A la izquierda del corazón, Emociones, Letras sin fronteras, Torre de Babel antología de la poesía joven salvadoreña de antaño y en la plaquette Luna Rossa, que reúne una muestra del haikú hispanoamericano, publicada en Italia por el Progetto 7 Lune.

Ha participado en el Festival de Poesía Roberto Armijo y en el V Festival Latinoamericano de Poesía Amílcar Colocho. Pertenece al Círculo Literario Chicle Chalateco.

Obra publicada: Huésped transitorio de las dos residencias ( Antología Letras sin fronteras, Editorial Shushikuikat, San Salvador, 2015). Patria sangrante ( Editorial La Chifurnia, San Salvador, marzo 2016).



Obra del autor


De Amor, desamor y soledad


DEL DULCE BESO TUYO ME ALIMENTO

Del dulce beso tuyo me alimento,
del rumor de tu voz que me seduce.
Tu labio que es mi guía, me conduce,
me lleva más allá del firmamento.

Sacia la sed del labio tan sediento,
que tu boca dulcísima me induce.
Rojo más rojo que la rosa luce
el rubí que me sirve de sustento.

Regálame tu néctar, tu ambrosía,
el gozo y la dulzura de tu boca,
en el beso tan dulce que me enfría

el ardiente deseo que me aloca.
Si no me besas, tengo la osadía
de arrebatar un beso de tu boca.


NECESITO TU BESO QUE ME ALIENTE

Necesito tu beso que me aliente
a cruzar esta senda desolada,
a luchar con la furia desatada,
a menguar esta llama tan ardiente.

Necesito tu voz que me alimente
esta esperanza ya desalentada.
Esta búsqueda inútil, fracasada,
por más buscada la hallo más ausente.

Necesito tu luz, tu luz tan pura
para guiar mi camino, mi sendero
y descubrir el gozo verdadero.

Necesito de ti, de tu presencia,
de tu amor y de toda tu dulzura
para escapar del frío de la ausencia.


VOLVERÉ A ACARICIAR TU PIEL DE SEDA

Volveré a acariciar tu piel de seda,
recorreré tu tierra inexplorada,
navegaré en tu mar: agua salada,
divisaré donde el placer se hospeda.

Y llegaré tan pronto como pueda
al puerto de tu playa perfumada,
situado en la planicie desolada,
donde el viento atrevido se te enreda.

Ahí, donde parece que el desierto
en un gran paraíso se convierte.
Ojo de agua que dulce néctar vierte,

fuente de vida, oculto fértil huerto,
íntimo manantial, secreto nido,
venero de placer, mar escondido.


TU BESO ES COMO EL AIRE QUE DA VIDA

Tu beso es como el aire que da vida,
me curó el corazón tan dolorido,
me curó cuando estuve malherido,
me salvó de la muerte tan temida.

Tu beso se recuerda, no se olvida,
aún lo guardo en mi suave y tibio nido.
Dulce, glorioso, tierno, complacido,
tu beso leve bésame la herida.
Dicha, gozo y dulzura se convocan
en el beso tan dulce derramado.
Rosa roja, clavel enamorado

en efímero beso se desbocan.​

Y quiero que me beses nuevamente:
desde los pies, amor, hasta la frente.


NO ME MIENTAS, AMOR, YA NO ME MIENTAS

No me mientas, amor, ya no me mientas,
mejor dime lo cierto de tu engaño;
que me lastima, hiere, me hace daño
esta inútil quimera que me alientas.

Por favor, mi dolor ya no consientas
que tengo el corazón con gesto huraño.
No quiero tu crueldad ni tu regaño,
ni esta mentira con que me alimentas.

Nada queda de todo lo que había,
solo este abismo y esta lejanía;
esta herida, mi amor, que es incurable,

dolorosa, profunda, lacerante.
Y este dolor tan inimaginable
que el corazón me mata palpitante.


DESPUÉS DE TANTO TIEMPO VOLVÍ A VERTE

Después de tanto tiempo volví a verte,
tu belleza se había marchitado,
de tus luceros el fulgor, menguado,
y tu bella sonrisa estaba inerte.

La vejez ha llegado a poseerte,
tu encanto vanidoso fue prestado,
el tiempo tan ingrato ha conspirado
y no puede ayudarte ni la suerte.

Tierra oscura, quemante fuego ardiente, ​
agua pura, luz clara y aire ciego
te dieron la belleza de repente.

De súbito en un día veraniego
fue de Dios el vivo soplo milagroso
y te volviste polvo vanidoso.


YA NO TE PIENSO, AYER YO TE PENSABA

Ya no te pienso, ayer yo te pensaba;
se borró tu recuerdo de mi mente;
te veo y me parece indiferente,
aunque confieso que antes me alegraba.

Un mar dentro de mí se desataba,
un mar de mariposas, impaciente.
Hoy eres alguien más entre la gente
y verte es lo que menos deseaba.

El mar de mariposas bailarinas,
en mí ya no se agita ni se mueve,
inmóvil permanece, sosegado.

Ni con esas corrientes tan marinas
ni con esa belleza que se llueve
has podido agitar mi mar salado.


AMOR NO ESTÁS. AHORA QUE TE HAS IDO

Amor no estás. Ahora que te has ido
es mi gran soledad la compañera,
te llevaste contigo la quimera
y me dejaste solo en el olvido.

Me dejaste el recuerdo en lo vivido
y el beso en el clavel que te venera.
Extraño tu palabra mañanera,
​ dulce voz endulzándome el oído.

Extraño tu silencio tan callado,
tu mirada profunda, tu caricia,
el néctar de tu boca y su codicia.

El labio que por ti quedó sellado
extraña de tu beso su delicia
y el roce de tu poro enamorado.

De: Huésped transitorio de las dos residencias


LA VIDA HUYENDO DEL TIEMPO Y LA MUERTE

La vida se me escapa de las manos
como pez escurridizo.
Es agua de río que fluye,
espuma que entre mis dedos se evapora,
y se desvanece.

¡Y de mi presencia la vida huye!,
escapa,
como si alguien la viniera siguiendo.

Y veo a lo lejos,
es el tiempo cruel que viene tras de ella,
intento detenerlo,
pero no puedo,
el tiempo corre más a prisa,
parece como si el corazón se le hubiera agitado,
como si tratara escapar de la cárcel,
del dulce encierro,
del reloj donde se encuentra prisionero.

Y la vida corre,
corre con su larga cabellera soltada al viento,
​ corre por los campos floridos,
corre por el valle,
corre por la pradera;
pero es imposible,
no hay escapatoria,
la sentencia de la vida está dictada,
el tiempo viene en caballo ligero.

¿Y si la vida escapa del tiempo?
No escapará de las garras de la muerte,
llegará precipitada al abismo,
y será su fin,
porque ahí la muerte la espera sentada,
sentada bajo la sombra de un árbol enlutado,
que se nutre de las vidas humanas.

De: Patria sangrante


ROJO, ROJO

Rojo, rojo más rojo que lo rojo
el color de la sangre en tu costado.
Qué roja sangre, madre, te ha brotado
y qué amargo mirar hay en tu ojo.

Qué profunda es tu herida y es tu enojo,
qué rojo es el torrente que ha causado
que fluya como río ensangrentado
el que antes era diáfano y no rojo.

Ese rojo torrente va en mis venas;
así como en el agua, la frescura;
así como en el aire va la vida.

Y en mi ser, patria mía, van tus penas,
por eso quiero, pronto, hallar la cura
para el rojo tan rojo de tu herida.


MUERTE COTIDIANA

La muerte de este pueblo es cotidiana;
muere el árbol, la rosa, la avecilla;
muere la luz, la paz y su semilla;
muere la vida y dobla la campana.

La muerte de este pueblo no es mañana,
hoy muere por la plaga y la polilla.
El sol resplandeciente ya no brilla
y la nueva alborada está lejana.

La muerte de este pueblo tan sufrido
a diario la encontramos en sus calles,
a diario la encontramos en sus muertos.

El llanto de este pueblo y su gemido
se escucha hasta en sus cerros y sus valles,
se escucha hasta en sus mares y sus puertos.


DESEOS PARA MI PATRIA SANGRANTE

Quisiera que este luto se acabara,
que esta patria más llanto no vertiera,
que esta patria sangrante paz tuviera,
que su herida profunda se curara.

Quisiera que esta guerra terminara
y que más gente ya no falleciera,
que de matar el arma se abstuviera,
y que más sangre no se derramara.

Quisiera que esta patria tan sangrante,
esta patria del indio, del izote,
de torogoces, cocos y palmeras,

se alzara del abismo, más triunfante,
a pesar del tenaz y cruel azote
que ha enlutado sus verdes primaveras.

TIERRA ENSANGRENTADA

Esta tierra ensangrentada con tu sangre,
con la sangre de Adán y de Eva,
con la sangre de José y de María,
con la sangre de Antonio y de Ana,
con la sangre de Carlos y de Rosa.

Esta tierra ensangrentada con tu sangre,
con la sangre de Juan y de Esperanza,
con la sangre de Luis y de Esmeralda,
con la sangre de Francisco y de Blanca.

Esta tierra ensangrentada con tu sangre,
con la sangre de niños inocentes que nada deben,
con la sangre de hombres y mujeres que no nombro.

Esta tierra ensangrentada con tu sangre,
quizá mañana también lo esté con la mía.


HAIKÚS ROJOS

I

Roja la pascua
ha brotado en diciembre,
por tanta sangre.

II

Por los que mueren,
amor, en el invierno
el cielo llora.

III

Tus labios rojos
en esta roja noche
rojo me besan.

IV

Por tanta sangre
aquí tendremos pronto
también Mar Rojo.

V

Prefiero en mayo
rosa blanca, no roja,
porque es tu sangre.

VI

Menstrúas, patria
fértil, y das la vida:
somos tu sangre.

VII

Menstrúas, patria
estéril, das la muerte:
somos tu sangre.

VIII

Tu río rojo,
patria, ayer fue agua fresca
que sed saciaba.

IX

Ahora es rojo
el verde que te quiero...
​ te quiero rojo.

X

Las llamas rojas
se salen de su boca
como la lava.

XI

De la blancura v nada envidia la rosa
porque ella es sangre.

XII

Es porque a diario
la sangre se derrama:
patria sangrante.

De: Otros poemas


CONFUSIÓN

No sé quién soy, no sé de dónde vengo;
quizás del mar, quizás de su agua pura;
quizás del fuego ardiente, llama oscura;
de la tierra o del aire yo provengo.

No sé hacia dónde voy, no me detengo,
camino por el valle y la llanura.
Cruzo tu pecho, río de dulzura,
que me sacia la sed tenaz que tengo.

Soy agua cristalina y aire puro,
tierra fértil y fuego luminoso,
y vengo del venero más oscuro.

Voy hacia donde me conduce el trino,
mas no sé si en el paso presuroso
hay confusión de cuál es el camino.

(Confusión poema ganador del Segundo lugar en el Certamen de Poesía Melgar, Letras como Espada, España, 2015.)


HABITANTE DEL ALBA, GRAN POETA

A Pedro Valle

Tan libre es tu palabra como el viento,
tan libre es tu poema, emprende vuelo.
Vuela bajo el azul añil del cielo,
cual pájaro de luz: tu pensamiento.
Habitante del alba, gran poeta,
que nos das tu palabra tan certera
en tu búsqueda, encuentro y habanera.
Habitante del alba en noche quieta.

Poeta de esta tierra chalateca,
nos trajo tu palabra un abrileño
día, tu amor al arte y gran empeño.

Y vas quitando, Pedro, hierba seca,
sembrando en tierra fértil la semilla
que florece en clavel y en maravilla.


OFRENDA: DOS SONETOS PARA ROQUE

A Roque Dalton

I

Fue el catorce de mayo, bendecido,
porque la rosa blanca florecía,
porque tu luz brilló en la lejanía,
porque nació tu verso y tu latido.

Fue el catorce, el gran día, el elegido
para darnos completa la alegría:
poeta que esta patria no tenía,
y que vino en el mayo más florido.

Viniste, Roque, a darnos tus historias,
tu poema de amor, y tu taberna,
tu mar y tus poemas clandestinos.

Viniste tú a contarnos tus victorias,
a dejar tu palabra que es eterna,
a llenar con tus luz estos caminos.

II

Fue el diez del mes de mayo un día triste,
un día negro, Roque, por tu muerte,
donde lloró el talapo amarga suerte,
y marchitó la rosa, pues te fuiste.

Fue el diez, el día gris, cuando partiste,
esta vida no pudo retenerte,
y la noche no supo guarecerte;
pero tu luz tan clara aún existe.

Pues la palabra tuya que trajiste,
cada día está más viva y más fuerte,
y más son los que quieren conocerte,

gritar los versos crudos que nos diste;
por eso estoy aquí para decirte:
tu palabra es la luz que en mí persiste.


ROSA DE NOVIEMBRE

A Cecilia Díaz

Es ella, de noviembre, bella rosa,​
rosa tan perfumada y novembrina.
¿Acaso por ser rosa tendrá espina
o solo poesía luminosa?

Su fragancia perfuma cada cosa
y deja huella siempre que camina,
pues aún entre niebla se adivina
la huella que ha dejado, presurosa.

Rosa fragante, rosa, mujer rosa,
ay, rosa de belleza tan divina
y palabra tan dulce y armoniosa.

Danos siempre tu verso que asesina
a la noche y su sombra tenebrosa,
danos siempre tu verso que ilumina.


POETA CHALATECO

A Roberto Armijo

Tú naciste en la tierra chalateca,
un diciembre de pascuas, tan lejano,
y traías, Roberto, entre tu mano
el verso crudo, crudo que no peca.

Y se esparció en el viento tu voz pura,
tu palabra perfecta y verdadera,
que fue luz en la negra primavera,
en la noche más ciega, más oscura.

Muchas tierras, Roberto, conociste,
muchos ríos, paisajes, mucha gente,
pero siempre esta tierra preferiste.

Y hoy que no estás, Roberto, que partiste,
estás aquí con voz más floreciente,
estás aquí, Roberto, no te fuiste.

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