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Silvia Claudia Rivas


Ituzaingó provincia de Buenos Aires, República Argentina, 1962

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Producción Literaria: Hasta el presente, ha escrito los siguientes poemarios:

- Claroscuros del alma (2001) -edición de la autora-

- Oíd Mortales (poemas documentados). (2002) -edición de la autora-

- Atlas Poético (2007) -sin editar-

- Biblia Profana (2008) -sin editar-

- Continuidad de Judas (2012) -sin editar-

- Últimas noticias (en preparación)

Premios Nacionales:

• CERTAMEN DE POESÍA CEFINI 2012 – Ituzaingó – Buenos Aires: 1° Premio

• CERTAMEN MUNICIPAL MIS VECINOS ESCRITORES 2013 – Ituzaingó – Bs.As. : 2° Premio

• XXXII CERTAMEN INTERNACIONAL DE LA POESÍA “PLAZA DE LOS POETAS JOSÉ PEDRONI”- Acebal – Santa Fe – 2013: 2° Premio

• CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA EDICIONES LITERARTE 2013 – Capital Federal: 2° Mención Honrosa.

• XXVII Concurso Literario FATSA. Capital Federal. 2012: Mención Especial del Jurado.

• Primer Concurso de Murales Literarios "Tu lugar, tu gente, tu historia". Buenos Aires – 2014. Mención Honrosa.

Premios Internacionales:

• PRIMER CERTAMEN DE POESÍA “POETAS DE HABLA HISPANA” – Letras como Espada – España. 2015: 1° Premio

• III CONCURSO DE MICROCUENTOS LEBU EN POCAS PALABRAS – Chile – 2015: Primera Mención Honrosa.

• XI CONCURSO GONZALO ROJAS PIZARRO – Chile – 2013: Finalista

Antologías y publicaciones

• Antología de Poesía LATIDOS DE LA VIDA – Editorial Libróptica. Capital Federal, Argentina. 2013 • Antología Internacional de Mujeres Poetas. Compilación en homenaje al Festival Internacional GRITO DE MUJER. Editores: Fundación Mujeres Poetas Internacional y Biblioteca de las Grandes Naciones. 2014 • DESDE EL PAGO HERNANDIANO. 100 poemas. Antología de autores del mundo. Ediciones Márgenes Azules. Pehuajó. Rca. Argentina. 2014 • AMOR Y POESÍA. Poetas de habla hispana. Ediciones Letras como Espada. España. 2015. • POR AMOR A LA POESÍA – Letras con Arte. España. Marzo 2014. • Revista LETRAS DE PARNASO. Año II, N°19. Abril 2014. España • Revista LITERATTA. Octubre 2014. Mendoza. República Argentina

Correo electrónico: palindramo@gmail.com



Obra del autor

ANTOLOGÍA POÉTICA

Silvia Claudia Rivas (República Argentina)


De Biblia Profana


TRAVESÍAS

Siempre regresamos por la última muerte,
la que creíamos eterna.
Pero breves a las derivas, nos perdemos entre máscaras,
equivocamos jagüel, numeramos piedras,
mientras el olvido va doblegando nuestra amapola cardinal.
Breve es la carne y la sed
del tiempo que aprendimos a medir con cábalas.
Ni tan siquiera al desguace de un ocaso podemos pertenecer.
Somos sólo de olvido.
Con esa herejía de ignorar el color que asume la lluvia entre los pinares,
y correr,
huir de la balsa,
por no abrir la sangre, bestial o sumisa,
-y nunca atreverse a saber-.
Frente al río, otra vez, perder orilla. Ignorar el álgebra de la corriente.
No entender del viento el olor a sal,
y sólo poder repetir al otro lado del espejo,
que hubo alguna vez un naufragio.


ESPEJOS

Visten con esa sombra

que nos intuye vidas que aún no presentimos,
                o que ya habíamos olvidado.
Habitan palabras que ceñimos en las sombras;
               se elevan de sus endebles osamentas.
Nos regresan a viejas muertes,
               a premeditarles relojes hacia otras vísperas.
Ensayan nuestras máscaras.
Nos anudan en marionetas.
Para prodigarnos un creador de astros y de ríos,
y aguardarnos en las ruinas de una marea despoblada.


Ese hombre trabajó; quién escribirá su historia
ADRIÁN ABONIZIO

PRIMER PECADOR

               I

En círculo,
caen lluvias extraviadas
de otras muertes.
Ausente la piedra.
Ausente el sudario.
Los maderos, verdes.

               II

Un rostro de incienso
lo atraviesa en apocalipsis.
Hay luces de purgatorio.
El ángel oscuro
prueba su última máscara.

               III

Lo reconozco de a vértices,
de a carne inconclusa,
de a espartos.
Por su sangre olvidada
y su nativa intemperie.

               IV

Siempre por el revés del sol,
para burlar la ira de las piedras.
-Los náufragos,
cantan por voces de una tempestad-.

               V

Para beber,
una encrucijada y una criba.
Mas...¿Quién es capaz de morir por heridas de la lluvia?

               VI

Enarenados de éxodo,
hombres polvorientos
regresan a sus máscaras.
Sin ocasos.
Sin huesos.
Sólo de sombras.

               VII

Suenan muertes distantes, antiguas.
Pero la escritura separa aguas
para multiplicar el pan.
-No puede entender las armas de esta guerra-.

               VIII

Se quiebra de palomas,
de trémulas voces que reclaman arcilla.
Desata el jagüel
y empieza a preguntar por los locos.

               IX

¿Es que ya nadie fabrica balsas?
-Nadie conoce a los pecadores.
Ni a sus tinieblas-.

               X

Respira por esos peces, que,
de barro,
va inventando de sus heridas.
No aprende a morir de olvido.

               XI

La memoria es de paja,
a orillas de aldea y de mirra.

               XII

Quedan de polvo las marionetas.
Del otro lado del mundo.
Como piedras vacías.

               XIII

Y él, sin aprender a morir.
Sigue creciendo,
de barro,
para ser del mar.
Pescador.
Y profeta.

               XIV

...Pero las manos de un judas
siguen traicionando el agua.


CALENDARIOS

Un caminante de polvo se ha puesto a habitar mis pasos
donde pájaros invisibles enmudecen de infinitud
                                                            -o acaso, trivialidad-
y empiezan a trazar las lluvias de otro calendario.
En todas las vidas del sol, siempre amenazan borrajas
pero no he de consentir ese color para una muerte.
Ninguna que absuelva iras, piedades o asombros.
¿Es del mismo velero la cruz
               cuya sombra vuelve a caer de naufragio?
¿Es que hemos inventado tantas máscaras
               nada más que para amarrar los mares?
No hay fondo en la tentación, la intemperie o el olvido.
¿Cómo anudar el pecado, las lágrimas?
Ya encendidos, ya rupestres,
habremos de ir desnudos cada vez,
y volver al ras del día,
cuando agua y sangre puedan reconocer las mismas voces en el río.


Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente.
LEÓN GIECO

PAISAJE DE GUERRA

La tarde
               se crema, sin ángelus,
               en el polvo de un sol ciego.

Ecos sin destino
               dispersan la voz de un cristo solitario.

Es el fin de la genista.


De Últimas noticias



FERIA

El pez aprisionado de las industrias
es ofrecido como recuerdo de viaje en las tiendas del puerto.
Un atroz contrabandista de los montes que desvelaba a las milicias,
se cotiza a precio de exportación en los bazares,
y se ha prohibido la venta del daguerrotipo acusado de alta traición
por las últimas noticias.
Manojos de niños juegan con los libros prohibidos del boletín oficial
mientras que los trocadores pesan sus trofeos y cobran a destajo.
Cuelgan los cristos entre la gritería:
los puesteros los ofrecen a precio de costo,
las mujeres exigen envoltorio elegante.
Un perro olfatea entre los pescaderos.

Y la rueda enmohecida que pasa chirriando,
y los ojos del sabueso
y el pan magro
son el único sol
y el único barco.


GRAFITTI

Por los bordes del día
se siguen despeñando quijotes
y no hay quien se detenga a llorarlos…


SIN SOBREMESA

Con estas monedas solitarias no podré comprar
otra cosa que una cena apurada,
sin sobremesa, claro está,
es que todos llevan demasiado retraso en sus portafolios oscuros.

Tampoco el futuro, aunque más no sea
el minuto de una gitana encontrando en el surco de mi mano
una felicidad de perdices...
¿Dónde se escribirán los nombres que solamente se escriben en el viento?

Voy a cenar...sin comensales, de pie, mirando el reloj pulsera,
porque el tiempo corre muy de prisa, y no debo olvidarme
de cerrar con llave el auto y las puertas y las ventanas y el cielorraso...
si total, no hay palomas, ni colmenas, ni nidos, ni mariposas.
Nadie va a quedar encerrado...
Me preocupa dónde voy a escribir el nombre de las rosas,
y qué haré con la lluvia cuando me caiga sobre los ojos y no sepa qué decir,
no sepa por qué estoy en el medio de la ciudad
cenando solo,
con estas monedas,
sin gitana, sin colmenas
y sin poder entender la voz de la lluvia sobre mi rostro.


CIUDAD

Pasan los siglos por sus monedas,
las guerras por sus cotizaciones,
los planetas por sus cuadraturas,
los astros por sus puertas.

Los días se olvidan en inútiles trolebuses,
se trazan imperios de avenidas, puentes campales, ferrocarriles,
y los hormigones y las medianeras y los peajes
nacen más rápidamente que los niños.

Y pasan los banqueros por sus guarismos sin dejar de leer las estadísticas,
y pasan los ingenieros por sus estructuras sin dejar de calcular los baricentros,
y pasan los vagones sin rozar las vías.

Los altavoces del aeropuerto anuncian la llegada del próximo vuelo,
suenan a la vez mil teléfonos
y las sirenas de las patrullas
y los silbatos de los barcos
y las bocinas de los automóviles
y la gritería contra los carteristas.

La luna se extravía entre neones, barbitúricos, mujeres en venta
y hombres apostando
a la ruleta o al mercado de las calles lujuriosas.
Y siguen sin nacer los niños…


De Oíd Mortales


EL NIÑO DEL TREN

No tengo pasado, ni presente ni futuro.
No tengo hogar, ni perro, ni amigos.
Voy hacia cualquier parte,
por ningún lado, es lo mismo.
Sobrevivo por estas estampitas,
pero cada vez me cuesta más,
porque aunque nunca me enseñaron nada,
ya sé que abajo del sol no se ocultan cosas nuevas,
al menos para mí.

Yo no sé soñar con los angelitos
ni contar ovejas para dormirme.
Y no es que no me esfuerce,
Pero es tan difícil soñar
con ese ruido contra los rieles...
A veces, sin darme cuenta,
se me cae la luna en la cara,
y no sé qué hacer con tanta claridad.

Una ayudita, por favor...


EN LA PLAZA
               (Dedicado a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo)

Giran con la noche y sus fuegos capitales.
Giran con su guerra y la elemental lluvia.
               Toda la carga va en los huesos.
               Todos los hijos sin flores.
               Todas las calles del silencio.
Giran.
En la cuadratura de los conos de sombra
y en la órbita de los pozos
                              que aún esconde el desierto.


De Claroscuros del Alma


A MI PARTIDA

Si debiera por destino morir mañana,
quiero para el ritual
un sol redondo y rojizo en tono amanecer.

Ser muy de prisa sal de la tierra
para alimentar espigas, tréboles y sauces;
fundirme en la humedad del alba
o flotar en la lluvia
y poder acariciar las entrañas de los valles.

Que un trinar de pájaros en rebeldía
desgaje el silencio de los follajes adormecidos.
Que haya una fiesta de fragancias y de azahares.
Que febriles horneros llenen la hora de nidos.

Que no haya luto. Quiero fértiles presagios,
porque voy a germinar en hiedra,
verde, como es debido,
sin marfiles ni epitafios.

Que se emancipen los sueños de los hombres libres.
Que detone la paz del mundo en un estallido de albatros.
Que viva la buena vida.
Que nadie deje de seguir amando.


AUNQUE…

Aún no llega el día
y ya ha perecido un niño
en las fauces de un camino de piedra
por donde nunca marcharon peregrinos.

Aún no llega el olor de las bramas
a hundirse en la jungla salvaje
y ya está de cacería un hombre
agazapando las semillas de la Creación.

Aún no termina su verso el poeta
y ya tiene sentencia de espanto
la no estrenada libertad.


De Atlas Poético

ÚLTIMA VICUÑA

Desde la cima del viento
               soy la que libra la batalla inútil
               la que no tiene arcano,
a quien resbalan siluetas de pájaros
               sobre últimos huesos.
Pero hay un sol detrás de los cerros.
Un sol que conoce mis guerras.

Veo cruzar
               las orillas del fuego,
               las de las bramas.
               No saber los imperios sumisos de la sal.
Veo
pájaros que caen
                mientras se olvidan los caminos de las piedras.

               Pero hay un sol detrás de los cerros.
               Pero hay un sol.


ALGARROBO

Tal vez por ley de la travesía,
uno elige el camino de la greda.
Por aquello que del desamparo
aprenden los algarrobos.
Ser madera.
Ser agua.
Ser pan.
Ser.
A pesar de la ausencia.


QUEBRACHO

Para morir
no le alcanzan las sustancias de la guerra.

Canta
como un náufrago
en la planicie desteñida.

Le bastan
esos colores que no tienen profetas
para redimir la savia
de tanto horizonte sin amparo.


COLIBRÍES

Verdes primarios.
Trazos del viento
sobre el diluvio.


ANTÁRTIDA

Al otro lado del mundo
vuelve a recluirse un matiz en lo absoluto del agua.

A crecer
en vidas que acaso no comprenda,
               pero que nunca habrá de abandonar.

Hasta esa memoria sin guerra,
               intacta allí
               en el vientre de las sombras blancas.


De Continuidad de Judas


               4

Erguido en la frontera de la sangre,
desciendo de mis huesos ya lejanos.

Hay
el hombre de sal, el amuleto de ceniza.

Hay
el pan turbio, el perro magro.

En carne viva,
nombro el vino con su alba trunca,
con todos los demonios de sus borrajas prohibidas
hasta que la jaula es suficiente
y ya nadie cree en judas
-ni en el hermano ni en el de las monedas de plata-.
Y se descuelgan las manos de los locos
repitiendo trazos de lluvia
como si el mundo fuese una esfinge que gira
                              con la osamenta de los molinos.


ADÁN

Y cuando despiertas del sueño, vuelves a ser el pájaro desgajado,
anónimo, bajo las heridas de esa lluvia que ya sabe tus huesos.
¿Por qué los frutos están de trementina?
Los habías desatado para que se abriesen
como las aguas fundantes de los océanos.
Pero ahora, se hunden en tus ojos
para alcanzar la boca de las espadas,
y el remolino vuelve a anudarte en el contorno de siempre,
para que el sello arda
y las aguas se separen.


biblia profana

Obsequio de SILVIA RIVAS



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