La literatura existe desde que existe el hombre, desde mucho antes de que se inventaran los sistemas gráficos que sirvieron en un principio para registrar aquellas cosas que no se debían olvidar. Todas las personas que hablan, cantan, cuentan historias o persiguen el efecto que produce en otros expresarse de una forma concreta, en alguna medida están haciendo literatura. Es por tanto "literatura" un nombre poco afortunado para designar algo que el hombre ha producido desde mucho antes de que se inventaran las letras, dado que esta palabra procede del término latino littera, letra.
Al ser la literatura algo que practicamos todos en alguna medida con más o menos habilidad, nos ofrece también un terreno en el que desenvolvernos en comunidad y entendernos incluso con nosotros mismos. Las ideas y los pensamientos no existen sino en perfecta amalgama con las palabras, por eso, para relacionarnos y comunicar nuestros pensamientos y sentimientos debemos usar la literatura, incluso en nuestros monólogos interiores. Así, la literatura es inherente al ser humano por la capacidad exclusiva que éste tiene para utilizar un lenguaje.
Sin embargo, a veces ocurre que surge un genio capaz de hacer literatura de forma excelente e inolvidable y es entonces cuando los lectores acudimos a sus escritos buscando el profundo, noble y eterno placer de la literatura.
Mientras podamos hablar, escribir, imaginar, pensar o realizar cualquier otra actividad relacionada con el lenguaje, estaremos haciendo literatura. Vivir es hacer literartura, la vida de cada uno de nosotros es el libro más importante que escribiremos ,y aquellos de nosotros que no llegaremos nunca a ser genios debemos recordar que los que lo han sido en cualquier época nos proporcionan generosamente la posibilidad de ser partícipes de su genialidad y acceder a su pensamiento a través de la lectura de sus obras.
Asimov afirmó que el libro es el medio audiovisual más sofisticado que existe, puesto que se acciona y se pone en funcionamiento con la simple voluntad de su usuario. Además, en muchas ocasiones, a través del libro surge una íntima comunicación del autor con sus lectores, a los que el primero deja libre acceso a sus sentimientos más íntimos. Y por último, la lectura nos permite movernos a través del tiempo y el espacio recorriendo épocas y lugares que de otra forma jamás podríamos conocer. ¿Hay alguien que dé más?
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